Calor extremo incrementará riesgo de adultos mayores.
- ANDRES FELIPE DIAZ ANDRADE
- 16 may 2024
- 2 Min. de lectura
Autor del articulo: ExpokNews
El cambio climático sigue mostrando sus efectos adversos, y el calor extremo se perfila como uno de los principales retos de salud pública para los próximos años. Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el calor extremo se define como temperaturas de verano significativamente más altas o condiciones mucho más húmedas de lo promedio. Este fenómeno puede desencadenar problemas de salud como el agotamiento por calor y el golpe de calor, especialmente cuando el cuerpo no logra enfriarse adecuadamente.
Un reciente estudio publicado en Nature Communications y citado por The Guardian revela que el verano de 2024 podría ser el más caluroso de la historia debido al cambio climático. Además, se proyecta que la exposición al calor extremo para personas mayores de 60 años se duplicará para el año 2050. Esta situación plantea un grave riesgo, ya que las personas mayores son especialmente vulnerables debido a factores como enfermedades crónicas, dependencia de medicamentos que causan deshidratación, y una capacidad disminuida para regular la temperatura corporal.
Según la ONU, se considera a una persona adulta mayor a partir de los 60 años, aunque en países desarrollados esta etapa comienza a los 65. Este grupo de población, que a menudo enfrenta situaciones de riesgo por factores económicos, personales y de salud, será particularmente afectado por las altas temperaturas. El estudio estima que al menos 270 millones de adultos mayores de 69 años sufrirán niveles peligrosos de calor, definidos como temperaturas superiores a 37,5 ºC, en el contexto del calentamiento global y el envejecimiento de la población.
En términos geográficos, Asia será el continente más afectado debido a su alta densidad poblacional y clima cálido, con una exposición casi cuatro veces superior en comparación con otras regiones. Sudamérica y Europa también verán una triplicación de la exposición al calor extremo, mientras que Oceanía, Norteamérica y África experimentarán un aumento significativo en la vulnerabilidad de sus poblaciones mayores.
El problema no se limita a la capacidad de termorregulación disminuida en los adultos mayores, sino que también incluye su mayor propensión a padecer enfermedades crónicas y vivir en condiciones que pueden aumentar el riesgo, como la falta de movilidad y el acceso limitado a aire acondicionado. Históricamente, las olas de calor han provocado un aumento en las tasas de mortalidad en este grupo etario, como se vio en India y Pakistán en 2015, Europa en 2022 y durante el apagón en una residencia de ancianos en Florida en 2017.
Ante este panorama, la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) juega un papel crucial. Las empresas tienen la capacidad y la responsabilidad de implementar medidas para proteger a sus empleados, clientes y la comunidad en general frente a los riesgos asociados con el calor extremo. Acciones para mitigar el calor y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no solo benefician a las generaciones actuales, sino que también aseguran un entorno más sostenible y seguro para el futuro.
Adoptar prácticas empresariales responsables y sostenibles puede marcar la diferencia en la lucha contra el cambio climático y la protección de los sectores más vulnerables de la sociedad, como los adultos mayores. En última instancia, las empresas pueden desempeñar un papel fundamental en la creación de un futuro más seguro y saludable para todos.
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